Derechos Humanos y Humanismo.


“Los derechos humanos son un conjunto de principios, de aceptación universal, reconocidos constitucionalmente y garantizados jurídicamente, orientados a asegurar al ser humano su dignidad como persona, en su dimensión individual y social, material y espiritual."

"Son atributos de toda persona, inherentes a su dignidad, que el Estado está en el deber de respetar.”

“Los derechos humanos son aquellas «condiciones instrumentales que le permiten a la persona su realización». En consecuencia subsume aquellas libertades, facultades, instituciones o reivindicaciones relativas a bienes primarios o básicos que incluyen a toda persona, por el simple hecho de su condición humana, para la garantía de una vida digna, «sin distinción alguna de raza, color, sexo, idioma, religión, opinión política o de cualquier otra índole, origen nacional o social, posición económica, nacimiento o cualquier otra condición».

Antecedentes históricos de derechos humanos.


539 a.C. | Conquista de Babilonia Cuando Ciro el Grande conquista Babilonia, dejó que todos los esclavos se fueran en libertad, proclamando a su vez la libertad religiosa y convirtiéndose en el primer precursor de los derechos humanos. Sus palabras quedaron grabadas en el “cilindro de Ciro”.

1215 | Carta Magna Mil años más tarde, el rey de Inglaterra firma el primer documento que reconoce los derechos de las personas.

1776 | Independencia de América En la declaración de independencia de los Estados Unidos se incluye el concepto de los derechos naturales y recoge que todos los seres humanos son iguales y tienen derechos inalienables como el derecho a la vida y a la libertad.

1789 | Revolución Francesa Amplía los derechos establecidos en la declaración de la independencia de América, y hace hincapié en que tales derechos son naturales.La idea de los derechos humanos se extiende por Europa, pero más allá de este continente los pueblos son colonizados y sus derechos humanos, vulnerados.

1915 | Mahatma Gandhi Hasta que Gandhi comienza a difundir que todas las personas del mundo tienen derechos, no solamente en Europa, a través de sus protestas pacíficas.

1945 | Carta Fundacional de las Naciones Unidas y acuñación del término El 26 de junio de ese año, en la carta de las Naciones Unidas será la primera vez que aparezca el término de “derechos humanos”. En la carta fundacional aparece 7 veces a lo largo del texto.

1948 | Declaración Universal de los Derechos Humanos El 10 de diciembre de 1948 fue proclamado en la Asamblea de la ONU en París este hito en la historia de los derechos humanos. Es la primera vez en la historia que se establecen los derechos humanos fundamentales que deben protegerse en todo el mundo.

Siglo XXI | Un largo camino por recorrer. A pesar de que todos los países se han adscrito a la Declaración Universal, ésta no cuenta con el peso de la ley y millones de personas se ven negadas de sus derechos más básicos. La esclavitud sigue estando presente, millones de personas son perseguidas y discriminadas por motivos de etnia o religión y 10 millones de personas no tienen una nacionalidad, lo que les priva a su vez de gran parte de los derechos más básicos como el de la educación, el matrimonio o la igualdad.

Los derechos humanos se clasifican en derechos civiles, derechos sociales, derechos patrimoniales, derechos políticos, y derechos culturales, o también así: en 3 generaciones.

Derechos civiles, que son aquellos que le corresponden a la persona como individuo, independientemente de su rol social, y que hacen a su vida y a su libertad personal. Son exigibles contra cualquiera, que ose perturbarlos. Así, son derechos civiles el derecho a la vida, a la libertad personal, a ejercer libremente su culto, a reunirse, a asociarse con fines útiles, a la dignidad, al honor, al nombre.

Derechos sociales, son los que le corresponden a las personas por su rol en un determinado contexto social, por hallarse desprotegidos frente a una situación desigual con respecto a otros que podrían abusar de tal circunstancia. Así son derechos sociales fundamentalmente los referidos al trabajo, ya que la situación de necesidad en que se halla el trabajador, lo coloca en una posición susceptible de ser objeto de abusos, tal como había sucedido durante la revolución industrial, que fue una muestra más que elocuente de lo que pueden hacer los empleadores con sus empleados si no existen leyes que limiten su accionar. Es por ello que la ley toma posición para lograr equidad, estableciendo por ejemplo que las condiciones de trabajo deben ser dignas, que deben respetarse horarios de trabajo, impide o regula el trabajo de menores, concede vacaciones pagas, un salario mínimo vital, el derecho de agremiarse, el derecho de los gremios a la huelga, a concertar convenios colectivos de trabajo, a recurrir a la conciliación y al arbitraje, etcétera. En otros casos el estado interviene para proteger a aquellos miembros del cuerpo social que se hallan en situación de inferioridad y necesitan mayor atención por su estado de salud o por su edad avanzada, concediéndoles seguro social, pensiones y jubilaciones.

Derechos patrimoniales son aquellos que tienen un contenido económico, como por ejemplo, el derecho a contratar, el derecho de propiedad, el de comerciar.

Derechos culturales, son los que tienen un contenido que hace a la capacitación del ser humano, con vistas a su perfeccionamiento, y es compatible con los derechos sociales: Por ejemplo, el derecho de enseñar y aprender.

Derechos políticos, son los que le corresponden al ciudadano para participar como miembro activo del poder político en un gobierno democrático, por sí o a través de sus representantes. El derecho de sufragio, a afiliarse a un partido político, a ser elegido para un cargo de gobierno, a participar en la presentación de un proyecto de ley, en un plebiscito, o en una consulta popular.

Otra clasificación hace referencia a la aparición de los derechos en el tiempo. Los primeros en ser reconocidos, y que por eso se llaman derechos de primera generación, fueron los que importaban a la sociedad burguesa que lideró la Revolución Francesa de 1789. Se trataba de una concepción liberal del estado, que requería su abstención, y un libre desarrollo de la individualidad. Por lo tanto propiciaron la incorporación a partir de la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano, los derechos civiles, los patrimoniales y los políticos. Se buscaba favorecer al individuo libre, propietario y que tuviera un alto grado de participación política. Recordemos que la Revolución Francesa se realizó para terminar con el absolutismo monárquico, y permitir la intervención popular en los asuntos de gobierno.

Los derechos de segunda generación incluyen los derechos sociales y culturales, y surgieron a partir del siglo XIX, cuando los ricos burgueses, dueños de las fábricas, debieron afrontar ahora el surgimiento de los movimientos obreros, que luchaban por lograr condiciones dignas de trabajo, que les habían sido desconocidas a partir de la Revolución Industrial, y que no habían sido contempladas luego de la Revolución Francesa, ya que a los ricos burgueses, sus patrones, les convenía más tener una masa de trabajadores marginados, como mano de obra dócil y barata. A partir de esta etapa los trabajadores apoyados por los movimientos socialistas, lograrán progresivamente, el establecimiento de jornadas de labor de ocho horas, condiciones dignas, descanso dominical, el derecho a constituir sindicatos, etcétera. El estado aparece ahora como garante de la igualdad de oportunidades entre los ciudadanos, impidiendo abusos de parte de los socialmente más favorecidos.

Los derechos de tercera generación aparecieron en el siglo XX, cuando nuevas circunstancias en el mundo hicieron palpable la necesidad de proteger no solo a las personas en su individualidad (derechos de primera generación) o en relación a otros miembros del cuerpo social (de segunda generación) sino que ahora los sujetos de derechos son colectivos, considerando el derecho de los pueblos.

En la edad moderna, comienza la verdadera historia de los derechos humanos. Los derechos individuales tienen como fundamento, por un lado, la destrucción de las bases que sustentaban el complejo de los derechos medievales y, por el otro, el nacimiento de nuevos supuestos de índole ideal y social, principalmente frente o en contra de la consolidación del poder del emperador y de la iglesia.

Se llamaban entonces derechos del hombre, y se empezarán a concretizar en algunas disposiciones que resultan de arreglos entre el poder de los monarcas y sus súbditos que reclaman mayores libertades y cierto control sobre el poder supremo de los primeros.

Durante los siglos XVI, XVII y XVIII se construyen algunos de los documentos que se consideran los principales antecedente de la visión moderna de los derechos humanos: es decir derechos que le corresponden a todos los seres humanos precisamente por formar parte del género humano, rompiendo con la visión judeo- cristiana que asociaba esa dignidad al hecho de que el hombre había sido hecho a imagen y semejanza de Dios. Ellos contienen los diversos modelos de evolución de los derechos: el modelo inglés, el angloamericano, el francés y el iberoamericano; además de un quinto modelo histórico de los derechos humanos, que corresponde a la legislación indiana de los siglos XVI y XVII.

La posmodernidad nos ha dejado huérfanos de los pilares que nos hacían sociedad, pero no ha conseguido, aún, eliminarnos como constructores de la sociedad. Para evitar una caída total debemos asumir la verdad, desde ahí podremos construir una nueva realidad y quizás una nueva carta de Derechos Humanos.

El humanismo, en el sentido amplio, significa valorar al ser humano y la condición humana. En este sentido, está relacionado con la generosidad, la compasión y la preocupación por la valoración de los atributos y las relaciones humanas.

El humanismo es una corriente filosófica que nace en Italia en el siglo XV durante la época renacentista, este movimiento se fundamenta en el valor de los seres humanos, dándole mayor importancia al pensamiento crítico y a lo racional, por encima de toda superstición o dogma. A través de ella se buscó la transmisión de conocimientos, que hacían del hombre un sujeto realmente humano y natural.

El humanismo se caracterizó por: tener libertad de pensar más allá de cualquier creencia. Fuerte amor a lo natural. Se interesó por el desarrollo de la inteligencia, que implicaba el ejercicio de la ciencia, análisis e interpretación. Inclinación hacia el estudio de los idiomas clásicos, como el griego y el latín; considerados como bases de las lenguas modernas.

El humanismo surgió como una imagen del mundo al término de la Edad Media.  Los pensadores humanistas fueron entonces intérpretes de nuevas aspiraciones humanas impulsados por la decadencia de la filosofía escolástica, cuyo centro de gravedad era la vida religiosa y la inmortalidad ultraterrena. El humanismo vino a sustituir esa visión del mundo con la reflexión filosófica abundante en productos racionales, en la que primaba la idea del hombre como ser humano, verdadero e integral.

El humanismo en el siglo XX Vinieron después no pocos humanistas, con aportaciones igualmente notables quienes allanaron el camino hasta nuestros días. En este contexto es donde ha de ubicarse el conductismo. Este sistema, que creó escuela, desarrollado sobre la base proporcionada por los principios del fisiólogo Iván Petrovich Pavlov (1849-1936), concibe al aprendizaje a partir del condicionamiento reflejo animal, es decir de reflejos condicionados de los fenómenos psíquicos más acabados, los cuales dan lugar al aprendizaje, la voluntad, los hábitos.

Posteriormente vino Burrhus Frederich Skinner (1904-1990), psicólogo estadounidense, quien también enfocó su estudio en los procesos de aprendizaje hasta descubrir un nuevo tipo de condicionamiento de la conducta animal, denominada éste «condicionamiento operante o instrumental», aplicable a todos los campos de la psicología.

En ambos casos, los estudios están fundamentados en experimentos con la conducta animal a base de repeticiones. Por ese motivo, el conductismo se relaciona de inmediato, en educación, con las reacciones humanas automáticas. En tal caso, el proceso educativo se reduce al suministro controlado de una serie de factores externos y de estímulos para producir en el educando reacciones observables. Así, deja de lado las actitudes y motivaciones personales al considerarlas carentes de valor, además de que limita la creatividad y no permite ni promueve la reflexión.

Los principales tipos de humanismo


Humanismo religioso

Corresponde a la adopción de principios humanistas por parte de distintas religiones. En principio, la religión y el humanismo se excluyen o por lo menos se sitúan en dos extremos separados de un continuo, pues en la primera el centro de todo es Dios mientras que en el segundo el ser humano es el eje de la realidad.

Sin embargo, en varios credos cristianos, así como en el islamismo y otras religiones, se han introducido conceptos que dan un margen de acción y libertad al ser humano, independientemente de lo divino. De este modo, han adaptado el humanismo a sus creencias.

Humanismo secular

Es aquel en donde los principios éticos y de vida se inculcan y practican con independencia de la religión. Promueven una moral altruista, una justicia distributiva y el rechazo a la existencia de poderes superiores que gobiernan la vida humana.
Básicamente se ha convertido en una filosofía de vida, más que en una corriente de pensamiento formal. Aun así, existe la Unión Internacional Humanista y Ética (IHEU), una agrupación de organizaciones humanistas, que pretenden ser la voz oficial de este enfoque.

Humanismo marxista

El humanismo marxista rechaza el concepto de individuo como tal. Asume que el ser humano solo es y se realiza en función de un grupo humano. A diferencia de otros humanismos, piensa que los sujetos siempre dependen de las fuerzas sociales e históricas, que son superiores a ellos.
Desde el punto de vista ético, promueve la solidaridad como valor máximo. Indican que el hombre se apropia de su destino de manera colectiva. Los grandes cambios, personales y sociales, son resultado de una acción grupal y no individual.

Humanismo existencialista

En el humanismo existencialista el valor máximo del ser humano es la libertad. Por eso rechaza cualquier forma de totalitarismo, bien sea de tipo intelectual o material. No creen en las causas o ideales absolutos, ni aceptan que alguien se reclame dueño de la verdad.
Los filósofos existencialistas han promovido la idea de que es cada individuo quien debe construir su destino. Para lograrlo, debe resistir a las influencias externas y no permitir que interfieran con su capacidad de autodeterminación.

Humanismo empírico

En esta corriente de pensamiento se le otorga más valor a las acciones que a los conceptos. Por eso no pretenden convertirse en una doctrina, sino que más bien destacan las acciones que deben ser aceptadas o rechazadas por los individuos.

En esencia, los humanistas empíricos rechazan toda acción que limite la libertad de pensamiento y de expresión. También condenan cualquier forma de violencia y exaltan todos los derechos de las minorías, que deben ser respetadas en cualquier circunstancia.

Como se aprecia, todas las formas de humanismo destacan la capacidad del hombre para hacerse responsable de su destino. También, de uno u otro modo, promueven la fraternidad y la libertad como los máximos valores humanos. Eso hace de esta corriente de pensamiento un referente valioso para el mundo actual.

El término moderno de humanismo deriva del nombre dado a los humanistas en el Renacimiento. A su vez, este nombre proviene de humanities, también llamado studia humanitatis, que incluye el campo de la gramática, la retórica, la poesía, la historia y la filosofía moral. Puede resultar extraño que no se considere habitualmente la cultura cosmopolita del sur de España que, mucho antes que los humanistas italianos, practicaron el mismo hábito de la erudición sobre textos antiguos —griegos, hebreos, árabes y latinos— además del cultivo de las ciencias exactas y de facto. Charles Lohr observa que la especulación filosófica del medioevo estuvo dominada por el neoplatonismo islámico, especialmente por Averroes. Siglos más tarde, tanto Copérnico como Galileo reconocieron de forma explícita la influencia de los griegos en sus visiones geométricas del Universo que los llevó a aceptar modelos más simples como el heliocéntrico y las fórmulas matemáticas que estaban detrás de sus movimientos. Gran parte de los textos griegos eran consultados por los mismos científicos y humanistas italianos en sus traducciones al árabe, disponibles en España.

Para concluir, Los derechos humanos nace del concepto que  todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos. Bajo esta premisa, que busca evitar actos de barbarie, y  se adopta una Declaración Universal compuesta por 30 artículos el 10 de diciembre de 1948 que recogen los derechos universales de los que toda persona debiera disfrutar por tan solo hecho de nacer. Aunque puede parecer muy básicos en algunos entornos, siguen estando muy lejos de la realidad para otros lugares o pueblos. Ni siquiera el derecho a la vida se llega a cumplir por las diferentes razones.

La historia de los derechos humanos está muy ligada a la historia misma de la humanidad, puesto que los hechos que dinamizan las diversas luchas sociales, políticas, económicas e, incluso, culturales, están inspiradas en los principios doctrinarios de estos derechos: la búsqueda de la dignidad, la igualdad, la libertad, la equidad y el bienestar.

En la posmodernidad de los derechos humanos se visibilizan los grupos marginados, se lucha contra la discriminación, se empodera los grupos socialmente excluidos y se generan políticas sociales y económicas inclusivas, que garanticen el fortalecimiento de la democracia y la participación ciudadana. Ésta es, sin duda, un efecto del progreso de las ciencias; pero ese progreso, a su vez, la presupone.

En otras palabras, las posibilidades de aportes hacia la emancipación de los derechos humanos no se darán única y exclusivamente vinculándolos a una única narración sociopolítica, sino que dependerá, junto con la ubicación en el mapa social y el proceso al que el sujeto social esté vinculado y del uso estratégico de las distintas posibilidades que los derechos humanos constituyen.

Con respecto al humanismo está vinculado a la condición humana y el valor que se le da a cada ser humano. La palabra humanismo proviene de la voz humanus (que quiere decir humano) y de –ismos, que en griego hace referencia a una doctrina, movimiento o escuela. El humanismo se considera un movimiento filosófico, cultural e intelectual que se desarrolló primeramente en Italia en el siglo XIV junto al Renacimiento. Luego, se extendió al resto de Europa enfrentándose a las influencias de la Iglesia Católica que se habían impuesto durante la Edad Media.

El humanismo resalta las cualidades del ser humano y no recurre a ninguna religión. El humanismo parte de la idea de renovar la cultura, de cambiar la concepción del ser humano y retomar las bases antiguas para resurgir como una sociedad nueva y más cercana a la humanidad.

Esta corriente se proponía restaurar todas aquellas disciplinas que de algún modo pudieran ayudar a tener un mayor conocimiento, además de pensar que planteaban un modelo de conocimiento mucho más puro que el existente en la Edad Media. También se trató de eliminar todos aquellos sistemas cerrados que no permitían la multiplicidad de perspectivas del pensamiento. Se pensaba que con este cambio se alcanzaría el desarrollo total del hombre: físico y espiritual, estético y religioso.

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